La noche de los Xawarari: notas sobre epidemiología amazónica

Claudia Andujar, de la serie “Marcados” (1980-1984)

Acaba de salir mi artículo integrante del dossier “Lecturas de/sobre pandemia: anticipación y anacronía”, coordinado por Alicia Vaggione y Paola Cortés Rocca (Revista Heterotopías 4:7, 2021).

Resumen

La pandemia de Covid-19, en particular desde el auge de la llamada variante Manaos o P1, ha tenido en la región amazónica uno de sus epicentros más recientes, con consecuencias devastadoras para las comunidades indígenas y campesinas de la región quienes frecuentemente carecen de acceso a los más elementales servicios de salud. El impacto agravado del coronavirus sobre los pueblos amazónicos, por otra parte, no hace más que reactualizar e intensificar un ciclo muchas veces ininterrumpido desde el primer contactocon la sociedad blanca, como revelan con elocuencia los retratos de miembros del pueblo Yanomami tomados por Claudia Andujar a principios de los ochenta en el marco de una campaña de vacunación contra las epidemias causadas por la apertura de la Transamazónica y el boom aurífero en la región. En este ensayo, analizo el libro-testimonio La caída del cielo, co-escrito por el chamán y activista Davi Kopenawa y el antropólogo Bruce Albert, como el esbozo de una epidemiología amazónica. En contraste con —aunque no necesariamente en contra de—una biopolítica humanitaria que (como la serie fotográfica de Andujar) busca inmunizar a cuerpos individuales en función de blindar a la población de los efectos de la máquina necropolítica extractivista, esta epidemiología piensa a las enfermedades en clave cosmo-política, como un desafío a la extensa red de transculturaciones narrativasentre existentes que forman el mundo-bosque, y que el propio texto de Kopenawa y Albert procura rehacer desde y sobre la catástrofe.

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Abstract

The Amazon has been a recent epicenter of the Covid-19 pandemic, particularly since the rise of the so-called Manaus or P1variant, with devastating consequences for Indigenous and peasant communities in the region who frequently lack access to the most basic health services. The aggravated impact of the coronavirus on the Amazonian peoples, on the other hand, does nothing more than update and intensify a cycle many times uninterrupted from the first contact with white society, as the portraits of members of the Yanomami people taken by Claudia Andujar in the early eighties in the contextof a vaccination campaign against the epidemics caused by the opening of the Transamazónica and the goldrushin the regionso eloquently show.In this essay, I analyzeThe Falling Sky, a book co-written by the shaman and activist Davi Kopenawa and the anthropologist Bruce Albert, as outlining an Amazonian epidemiology. In contrast with—though not necessarily against—a humanitarian biopolitics that (like Andujar’s photographic series) seeks to immunize individual bodies in order to shield the population from the effects of the extractive necropolitical machine, this epidemiology thinks about diseases in a cosmo-political key, as a challenge to the extensive network of narrative transculturations between existents that make up the forest, and that the text of Kopenawa and Albert tries to remake in the face of catastrophe.

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Tierras en trance: Arte y naturaleza después del paisaje

Tapa

 

 

 

Mi nuevo libro sobre estéticas del despaisamiento y del inmundo posnatural en América Latina acaba de publicarse en Ediciones Metales Pesados, Santiago de Chile. Para envíos a América Latina, por favor contacte directamente a la editorial. Para comprarlo en Europa, haga clic aquí, para Estados Unidos, haga clic aquí.

El índice y la introducción están disponibles aquí y en la página de Metales Pesados.

 

Texto de contratapa

Raúl Antelo

En esta densa pero no por eso menos bella reflexión, Tierras en trance. Arte y naturaleza después del paisaje, Jens Andermann nos introduce en la lógica del trance, que es una forma de nombrar al nudo borromeo que, en el mundo colonial-moderno, e incluso en el actual, enlaza el espacio y tiempo del sujeto con el de la comunidad, escindidos ambos por violentos desplazamientos y hiatos temporales no menos abruptos. Heterotopías y heterocronías. Se persigue así, a lo largo de estas páginas, un objeto desvaneciente que, hacia adelante, se dirige al híperobjeto, el in-mundo posnatural, pero, retrospectivamente, puede ser leído como el trazado de una historia natural del antropoceno, lo que implica bifurcar aquello que se creía definitivo. El trance es, en ese sentido, proemio, no a un discurso más preciso o científico, conclusivo, sino al lenguaje mismo y a su siempre pertinaz inconsistencia. En la perspectiva del autor, el trance es el relato de un repliegue, doblez del arte en relación a su marco institucional, y desdoblamiento de modos anteriores de postulación estética del mundo como ‘paisaje’, aquello que Andermann llama paisaje in visu y paisaje in situ. El ambiente surge así como una ‘escena’, un conjunto espaciotemporal fluido que no se define por la exterioridad social de sus formas, sino por la dinámica interna de sus fuerzas. En pocas palabras, el trance estudia el paulatino proceso de ausentamiento de la naturaleza en el bioarte contemporáneo, porque comprende que el lugar ya no es forma ni materia y mucho menos una dialéctica mutuamente excluyente entre ambas: la forma y la materia ya no son separables de la cosa (la Cosa), mientras que el trance sí puede serlo.

El trance de una cosa no es ni una parte, ni un estado de la misma, sino algo que de ella deriva. Détournement. Ese otro lugar (heterotopía) parece ser algo semejante a un recipiente, que es un lugar transportable, con la salvedad de que el recipiente nunca es parte de su contenido. Así pues, en la medida en que es separable de la cosa, el trance no es la forma, y en cuanto la contiene, es algo distinto de la materia.

El trance nos enseña que todo espacio es parataxis. Es algo sin origen y sin orientación, intenso pero no extenso, liminar del límite. El trance es el silencio o secreto del arte, su reconfiguración absolutamente contemporánea, mediante la cual lo estético se redefine, al fin y al cabo, como el umbral mismo de nuestra inespecificidad.